La entrevista es un momento crucial en los procesos de selección. Es fundamental que la impresión que dejes en tu entrevistador sea potente y no dejes ninguna duda de que eres la persona ideal para el puesto. Para lograr esto, la preparación es una de las fases más importantes y de esto precisamente vamos a hablar en este artículo.
Ponté cómodo/a, coge papel y boli y acompáñame.
La preparación de la entrevista comienza desde el mismo momento en el que te citan para la entrevista, ya sea presencialmente o a través de videoconferencia y no termina hasta que la entrevista comienza. Esto significa que cuando estás preparando la entrevista cuentas con tiempo suficiente para hacerlo, normalmente tienes unos días y puedes hacerlo con calma y planificación. Aprovéchalo porque una vez que llegue el día de la entrevista no dispondrás de tanto tiempo para pensar.
Investiga la empresa
Debes estar realmente interesado en formar parte de la empresa en la que estás haciendo el proceso. Para demostrar esto es clave que investigues acerca de ellos, normalmente encontrarás mucha más información de la que necesites visitando su web. Céntrate en conocer su sector de actividad, lo que venden, algo sobre su historia y orígenes, cuales son sus valores. Si es una empresa algo conocida, te recomiendo que veas la sección noticias de Google para que puedas ver la actualidad.
De esta manera en la primera parte de la entrevista se lo pondrás mucho más fácil a tu entrevistador y demostrarás un conocimiento alto, superior al del resto de candidatos y esto, automáticamente, hace que el entrevistador se interese más por ti que por otros. Esto te lo digo porque al comienzo de las entrevistas, normalmente (y si el entrevistador sabe hacer su trabajo) te preguntará si conoces la empresa.
Esto se hace por dos motivos, primero para comprobar tu interés en la oferta, y en segundo lugar, para que el candidato tenga la información suficiente acerca del proceso. Por ello el reclutador te explicará la empresa y el puesto, pero siempre será de mucha ayuda que te posiciones como alguien conocedor de la compañía. Y por cierto, le ahorrarás el trabajo de explicar a qué se dedican, que te aseguro que lo hace varias veces al día.
Prepara las preguntas más frecuentes
En una entrevista puedes recibir cualquier tipo de pregunta relacionada con tu vida profesional y es imposible prepararse con antelación todas. Pero lo que sí puedes hacer es preparar las más comunes o importantes, alrededor de las cuales suelen surgir otras. Esto te dará un discurso coherente, evitará que improvises en exceso y te dará una imagen de persona confiada y segura de sí misma. Y esto a las empresas les suele gustar mucho.
Piensa en cuales son tus puntos fuertes y hazte una lista de 3 o 5. Dentro de estas “virtudes” asegúrate de que estás teniendo en cuenta habilidades blandas. Sino sabes lo que son te dejo este vídeo por aquí donde hemos hablado de qué son habilidades blandas y cuales son duras.
Una vez que tengas la lista piensa en cómo puedes argumentar que estos son tus puntos fuertes y qué ejemplos prácticos en tu día a día laboral puedes explicar que lo demuestren.
Por otro lado, también debes pensar en cuáles son tus puntos débiles y anotarlos. Aquí, lo más importante, es que expliques cómo te esfuerzas en mejorarlos. Cuanto más concretes y más prácticas sean las soluciones que puedas explicar mejor será tu respuesta.
Por ejemplo, en mi caso, puedo decir que mi capacidad de organización es uno de mis campos de mejora. Esto me ha originado algunos problemas puntuales en mi trabajo y le presto una atención especial para mejorarlo. Por ello utilizo mi agenda de Google calendar y sincronizo en mi móvil personal mi agenda de trabajo con notificaciones de reuniones una hora antes. De esta manera me aseguro de que no se me olvida nada y esta información siempre está conmigo.
Tener áreas de mejora es totalmente normal y no debes ocultarlo. Al contrario, una persona que conoce cuales son sus limitaciones y dedica esfuerzos para corregirlo, hace ver al entrevistador varias cosas: que se conoce muy bien, que tiene espíritu de autocrítica y humidad y que es alguien práctico y resolutivo.
Otra categoría de preguntas muy frecuentes en entrevista que puedes prepararte para fluir en la entrevista es la de Cómo te ven los demás. Aquí el ejercicio es que te veas desde fuera, nuevamente incide en la capacidad de analizarse a uno mismo y si lo haces de manera concisa y constructiva darás la impresión de tener una alta inteligencia emocional. Y justamente la inteligencia emocional en el trabajo es una de las metacapacidades más importantes que puedes desarrollar y que las empresas buscan. Piensa en el feedback que te han dado tus anteriores jefes, tus compañeros, proveedores o clientes con los que has tratado y encontrarás las respuestas.
Practica tu discurso de entrevista
Algo que siempre aconsejo es que practiques tus respuestas. Una vez que ya consigas un discurso de entrevista y tengas algunas respuestas reflexionadas e interiorizadas, debes ensayarlas en voz alta y si puedes y grabándote con tu teléfono móvil. El vídeo que grabes será solo para ti y nadie más podrá verlo a no ser que quieras compartirlo así que no tengas vergüenza y practica. Cuando te ves desde fuera en una grabación eres consciente de tu lenguaje, de cómo hablas y de cómo gesticulas por lo que podrás convencerte de lo bien que lo estás haciendo y en qué debes mejorar. Y creéme, es muy normal que cuando llegue la entrevista real, no lo hagas tan bien como cuando practicabas, pero es natural y fruto de los nervios del momento, especialmente cuando no has hecho muchas entrevistas laborales.
Pero si algo es cierto, es que si lo has practicado, la versión que darás el día de la verdad será infinitamente mejor.
Espero que estos consejos para preparar una entrevista te hayan sido útiles, ¿tienes alguna pregunta? ¡No te cortes y hazlo en comentarios!